“¿Cuál cangrejo te gusta más?”, “¿cuál de los dos se ve más auténtico?”, “si hubiera una votación al respecto, ¿por cuál de los dos votarías?”, son las interrogantes que en los cafés y restaurantes de esta ciudad, en los hogares y en la vía pública, se hacen los paraiseños y personas foráneas, luego de contemplar los monumentos al cangrejo azul que se elaboraron, uno durante la administración municipal priista que encabezó Francisco Santo Magaña (2007-2009), y el otro en la presente administración perredista que preside Cristóbal Javier Angulo.
El primer monumento al cangrejo azul fue el que participó en el carro alegórico de Paraíso en la feria estatal de 2007, cuando Paraíso ganó todo: la Flor de Oro con su embajadora Elsa Ruth Navarrete Pérez y el primer lugar en Carro Alegórico, diseñado por el artista y artesano paraiseño originario de Puerto Ceiba Jorge Enrique Oyosa Pérez, quien aprovechando la emoción que embargaba al entonces edil “Chico” Santo, al recibir junto con sus paisanos a la reina de la belleza tabasqueña aquella madrugada histórica, para solicitarle públicamente que perpetuara la obra de arte del cangrejo azul, aportando recursos para que fuera forrada con un material especial y evitar que se maltratara, para instalarla como un monumento perenne en la villa Puerto Ceiba, donde actualmente permanece.
El segundo monumento al cangrejo azul es el que se encuentra instalado a la entrada de la ciudad, donde había una fuente construida durante el trienio del extinto José Manuel Barjau Pérez; está enfrente de la rotonda que sirve para regular el tráfico vehicular para retornar o salir de la ciudad.
Ambas piezas poseen características específicas. La que se encuentra ubicada en Puerto Ceiba representa la alegoría de un crustáceo que sale de su hoyo; se trata de un machuelo (así se les identifica aquí en Paraíso a los cangrejos de tenaza grande) que se halla en su ambiente natural en un manglar y en actitud de defensa (cuando se ven amenazados o alguien trata de capturarlos, levantan simultáneamente sus tenazas o manos).
El segundo cangrejo, el que está ubicado a la entrada de la ciudad, al parecer quienes lo diseñaron utilizaron como modelo a un crustáceo hembra (para identificar el sexo de los cangrejos, los paraiseños se fijan en la parte de abajo del mismo, donde tienen una especie de tapa que abren y cierran y por donde expulsan los huevecillos y las heces; las tapas de los machos es en forma de óvalo alargado y puntiagudo de la parte de arriba; en cambio, la tapa de las cangrejas es también ovalada pero más redonda y, en el caso de este cangrejo, tiene la tapa propia de una cangreja); se encuentra debajo de un manglar y rodeado de gaviotas.
Usted decide: ¿cuál le gusta más?, ¿cuál de estos dos cangrejos es el más auténtico? Le invitamos a visitar nuestro blog (http://blog-laedicion.blogspot.mx) para que participe en una encuesta donde podrá emitir su voto.
El primer monumento al cangrejo azul fue el que participó en el carro alegórico de Paraíso en la feria estatal de 2007, cuando Paraíso ganó todo: la Flor de Oro con su embajadora Elsa Ruth Navarrete Pérez y el primer lugar en Carro Alegórico, diseñado por el artista y artesano paraiseño originario de Puerto Ceiba Jorge Enrique Oyosa Pérez, quien aprovechando la emoción que embargaba al entonces edil “Chico” Santo, al recibir junto con sus paisanos a la reina de la belleza tabasqueña aquella madrugada histórica, para solicitarle públicamente que perpetuara la obra de arte del cangrejo azul, aportando recursos para que fuera forrada con un material especial y evitar que se maltratara, para instalarla como un monumento perenne en la villa Puerto Ceiba, donde actualmente permanece.
El segundo monumento al cangrejo azul es el que se encuentra instalado a la entrada de la ciudad, donde había una fuente construida durante el trienio del extinto José Manuel Barjau Pérez; está enfrente de la rotonda que sirve para regular el tráfico vehicular para retornar o salir de la ciudad.
Ambas piezas poseen características específicas. La que se encuentra ubicada en Puerto Ceiba representa la alegoría de un crustáceo que sale de su hoyo; se trata de un machuelo (así se les identifica aquí en Paraíso a los cangrejos de tenaza grande) que se halla en su ambiente natural en un manglar y en actitud de defensa (cuando se ven amenazados o alguien trata de capturarlos, levantan simultáneamente sus tenazas o manos).
El segundo cangrejo, el que está ubicado a la entrada de la ciudad, al parecer quienes lo diseñaron utilizaron como modelo a un crustáceo hembra (para identificar el sexo de los cangrejos, los paraiseños se fijan en la parte de abajo del mismo, donde tienen una especie de tapa que abren y cierran y por donde expulsan los huevecillos y las heces; las tapas de los machos es en forma de óvalo alargado y puntiagudo de la parte de arriba; en cambio, la tapa de las cangrejas es también ovalada pero más redonda y, en el caso de este cangrejo, tiene la tapa propia de una cangreja); se encuentra debajo de un manglar y rodeado de gaviotas.
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