Alrededor de 30 mil habitantes del municipio podrían sufrir las consecuencias de la irresponsabilidad de la paraestatal, cuyos
funcionarios ignoran a las autoridades locales
funcionarios ignoran a las autoridades locales
EDUARDO DOMINGUEZ SÁNCHEZ
PARAÍSO, TAB.- Aproximadamente 30 mil habitantes de las rancherías El Escribano, Las Flores Primera Sección, Moctezuma Primera, colonia Lázaro Cárdenas del Río (Petrolera) y villa Puerto Ceiba, se encuentran en riesgo permanente por estar ubicadas en zonas donde están instalados líneas de gasoductos y oleoductos de 16 pulgadas.
La reciente fuga de gas sulfhídrico que se registró en febrero de este año en el interior de la terminal marítima Dos Bocas, puso sobre aviso a las autoridades municipales de Protección Civil, quienes han insistido con los funcionarios de Petróleos Mexicanos se atiendan estos problemas contemplados dentro del atlas de riesgo municipal.
De acuerdo con los lugareños y según obra en la monografía de Paraíso, estas líneas que transportan gas y petróleo fueron instaladas a partir de 1980 y desde entonces la paraestatal no les ha dado ningún tipo de mantenimiento, lo que representa un verdadero riesgo por el deterioro que ya registran.
José Eduardo Suárez Maldonado, coordinador municipal de Protección Civil, dijo al respecto que Pemex está renuente ante estos temas; “lo que hace es regalarle al municipio unas camionetas viejas, pero no hace nada para solucionar los problemas de fondo, como el de las líneas de gasoducto y oleoducto”, señaló.
Y advirtió que si llegara a haber alguna contingencia, una explosión de esos ductos que siembre muerte y terror entre los paraiseños, “responsabilizamos directamente a los funcionarios de Pemex, como el Ing. Luis Manuel Ramírez Carmona, ayudante técnico de Seguridad Industrial de Pemex, Ing. Román Clarlo Gordillo, gerente de Seguridad Industrial, y Lic. Mauro Martínez Navarro, ayudante de administración en la Unidad Administrativa de Asuntos Externos y Comunicación”.
El funcionario municipal criticó la cerrazón y el menosprecio que las autoridades de Pemex le tienen a los funcionarios municipales, lo que pudieron constatar en la reciente contingencia, “cuando ni siquiera nos permitieron entrar a las instalaciones de Dos Bocas, para evaluar los daños que estaba ocasionando la fuga de gas”.
Lamentó que Pemex no le aporte al municipio los recursos necesarios para contar con una buena estación de bomberos debidamente equipada, para que cuando ocurra algún accidente de gran magnitud por lo menos se le pueda hacer frente al siniestro.
PARAÍSO, TAB.- Aproximadamente 30 mil habitantes de las rancherías El Escribano, Las Flores Primera Sección, Moctezuma Primera, colonia Lázaro Cárdenas del Río (Petrolera) y villa Puerto Ceiba, se encuentran en riesgo permanente por estar ubicadas en zonas donde están instalados líneas de gasoductos y oleoductos de 16 pulgadas.
La reciente fuga de gas sulfhídrico que se registró en febrero de este año en el interior de la terminal marítima Dos Bocas, puso sobre aviso a las autoridades municipales de Protección Civil, quienes han insistido con los funcionarios de Petróleos Mexicanos se atiendan estos problemas contemplados dentro del atlas de riesgo municipal.
De acuerdo con los lugareños y según obra en la monografía de Paraíso, estas líneas que transportan gas y petróleo fueron instaladas a partir de 1980 y desde entonces la paraestatal no les ha dado ningún tipo de mantenimiento, lo que representa un verdadero riesgo por el deterioro que ya registran.
José Eduardo Suárez Maldonado, coordinador municipal de Protección Civil, dijo al respecto que Pemex está renuente ante estos temas; “lo que hace es regalarle al municipio unas camionetas viejas, pero no hace nada para solucionar los problemas de fondo, como el de las líneas de gasoducto y oleoducto”, señaló.
Y advirtió que si llegara a haber alguna contingencia, una explosión de esos ductos que siembre muerte y terror entre los paraiseños, “responsabilizamos directamente a los funcionarios de Pemex, como el Ing. Luis Manuel Ramírez Carmona, ayudante técnico de Seguridad Industrial de Pemex, Ing. Román Clarlo Gordillo, gerente de Seguridad Industrial, y Lic. Mauro Martínez Navarro, ayudante de administración en la Unidad Administrativa de Asuntos Externos y Comunicación”.
El funcionario municipal criticó la cerrazón y el menosprecio que las autoridades de Pemex le tienen a los funcionarios municipales, lo que pudieron constatar en la reciente contingencia, “cuando ni siquiera nos permitieron entrar a las instalaciones de Dos Bocas, para evaluar los daños que estaba ocasionando la fuga de gas”.
Lamentó que Pemex no le aporte al municipio los recursos necesarios para contar con una buena estación de bomberos debidamente equipada, para que cuando ocurra algún accidente de gran magnitud por lo menos se le pueda hacer frente al siniestro.
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