De 18 mil universitarios que egresan al año de las 41 universidades de Tabasco, solamente dos mil 700, con contratados por la Iniciativa Privada, el resto se queda desempleado.
Eduardo Domínguez Sánchez
Con bombo y platillo, cada final
se ciclo escolar, ya sea anual o
semestralmente, las distintas
universidades asentadas en Tabasco,
publican en sus respectivas páginas web
o en los diarios de mayor circulación del
estado, la ceremonia de graduación de
las que egresan miles de jóvenes tabasqueños que después de haber cursado
su carrera con duración de tres, cuatro
o cinco años, con el esfuerzo propio y
con el de sus padres que tuvieron que
apretarse el estómago para darle la educación que requieren sus hijos, salen de
la universidad con la esperanza de obtener un empleo bien remunerado y ayudar a sus padres a mejorar su economía.
Gran parte de las 41 instituciones educativas de nivel superior que se encuentran radicadas en Tabasco, ofertan carreras cuyo campo de trabajo ya está
saturado y a pesar de ello, semestre con
semestre, de manera irresponsable, las
siguen promocionando, sin ni siquiera
ponerse a hacer un estudio de mercado
para saber cuáles son las necesidades
reales de profesionistas que se requieren en la entidad y cuáles podrían ser
los polos de desarrollo que existen en el
estado, y que como estudiosos y generadores de proyectos, se podrían presentar a los gobiernos en los tres órdenes
para que se emprendieran.
Pero no es así. Tal parece que a los rectores de las diferentes universidades,
sólo les importan las estadísticas, que
cada año o semestre, aparezcan con un
importante número de egresados y también de inscritos a las “exitosas carreras”,
¿será que sólo lo hacen para justificar el
millonario subsidio que cada año reciben, en el caso de las particulares? El
caso es que continúan inscribiendo a
miles de alumnos de los diferentes municipios del estado, a las carreras de:
licenciatura en derecho, en administración de empresas, contaduría pública, Ing. en sistemas computacionales, sociología, comunicación, comercio internacional y aduanas ingeniería petrolera,
diseño gráfico, entre otras.
Hay varias universidades que ofertan
carreras nuevas como geofísica, gestión
ambiental, mercadotecnia y otras, que
por falta de promoción o por tener que
ver con materias complicadas, como
matemáticas o física, son desechadas
por los aspirantes quienes optan por las
carreras tradicionalmente ofertadas.
Más aún, la Secretaría de Educación,
continúa otorgando permisos para el
establecimiento o la apertura de nuevas
universidades que no ofrecen carreras
novedosas, sino las mismas que ya están
repetidas en las demás universidades de
la entidad.
De acuerdo con un estudio realizado al
respecto por el Centro de Investigación
en Economía y Negocios (CIEN) del
Tecnológico de Monterrey, al año egresan de las 41 universidades de Tabasco,
(entre públicas y privadas), alrededor
de 15 mil a 18 mil nuevos profesionistas, quienes al no encontrar un
empleo digno acorde con la profesión estudiada, se ven obligados a
subemplearse ya sea como carpinteros, meseros, albañiles, taxistas, mecánicos, electricistas, intendentes,
empleados de mostrador, obreros,
guardaespaldas, policías, soldados y
en el peor de los casos, los más desesperados optan por vincularse con
la delincuencia organizada.
Vale decir que por cada tres profesionistas universitarios que solicitan
un empleo, sólo uno es colocado en
el mercado laboral, de acuerdo con
un reporte de la de Planeación e Información Ocupacional del Servicio
Estatal de Empleo (SEE) realizado a
mediados del año pasado.
Otro dato que ofrece el mencionado
centro de la Universidad regiomontana, es que en Tabasco y el Distrito
Federal, entre cuatro y cinco de cada
10 personas desocupadas, tienen
educación superior y preparatoria.
La Coparmex Tabasco, según sus
estadísticas, revela que por parte de
la iniciativa privada, solamente contratan al 15 por ciento de los egresados al año de las universidades, esto
vendría a ser aproximadamente dos
mil 700 profesionistas contratados,
contra 15 mil 300 que se quedan sin
empleo.
Es la Universidad Juárez Autónoma
de Tabasco (UJAT), la que capta al
mayor número de jóvenes egresados
del nivel bachillerato, aunque en los
La triste realidad que padeden los egresados.
Pocas empresas contratan a los profesionistas.
Los profesionistas egresados de las universidades, al no encontrar un empleo
digno acorde con la profesión estudiada, se ven obligados a subemplearse ya
sea como carpinteros, meseros, albañiles, taxistas, mecánicos, electricistas,
intendentes, empleados de mostrador, obreros, guardaespaldas, policías o
soldados.
últimos 20 años, ha habido inversiones privadas para abrir universidades como la Universidad del Valle de México (UVM), la Universidad Olmeca, la del Sotavento y otras que en total con las públicas, suman 41 que en el ciclo escolar 2012-2013, inscribieron a 70 mil alumnos de nuevo ingreso. La UJAT oferta 97 licenciaturas y en este ciclo escolar captaron más de 45 mil alumnos procedentes de los estados del sureste de la república; las 19 universidades públicas restantes ofrecen 105 opciones como la de maestros de preescolar, primaria, educación física y educación especial, mientras que las 19 instituciones privadas de este nivel, en su conjunto cuentan con 196 licenciaturas. Los profesionistas egresados con la esperanza de obtener un empleo, voltean a ver hacia Pemex y hacia algún cargo en el gobierno estatal o el algún ayuntamiento de los 17 municipios, donde la mayoría de los puestos ya están ocupados y donde solamente pueden entrar quienes traen la recomendación de alguien muy importante o de un pesado político y, lo más grave, tanto en la paraestatal como en las instancias de gobierno, mayormente se contrata a los recomendados aunque estos no cuenten con el perfil profesional adecuado para desempeñar el cargo para el cual son contratados.
últimos 20 años, ha habido inversiones privadas para abrir universidades como la Universidad del Valle de México (UVM), la Universidad Olmeca, la del Sotavento y otras que en total con las públicas, suman 41 que en el ciclo escolar 2012-2013, inscribieron a 70 mil alumnos de nuevo ingreso. La UJAT oferta 97 licenciaturas y en este ciclo escolar captaron más de 45 mil alumnos procedentes de los estados del sureste de la república; las 19 universidades públicas restantes ofrecen 105 opciones como la de maestros de preescolar, primaria, educación física y educación especial, mientras que las 19 instituciones privadas de este nivel, en su conjunto cuentan con 196 licenciaturas. Los profesionistas egresados con la esperanza de obtener un empleo, voltean a ver hacia Pemex y hacia algún cargo en el gobierno estatal o el algún ayuntamiento de los 17 municipios, donde la mayoría de los puestos ya están ocupados y donde solamente pueden entrar quienes traen la recomendación de alguien muy importante o de un pesado político y, lo más grave, tanto en la paraestatal como en las instancias de gobierno, mayormente se contrata a los recomendados aunque estos no cuenten con el perfil profesional adecuado para desempeñar el cargo para el cual son contratados.
LA TRISTE REALIDAD EN
NÚMEROS
Los datos que el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI), nos
muestran la triste realidad de
este problema: un total de 57 mil
263 personas con perfil profesional medio y superior estaban
desocupadas, durante el primer
trimestre del 2011, de los cuales,
33 mil 255 eran hombres y 24
mil 008 mujeres desempleadas.
LAS CIFRAS A NIVEL
NACIONAL
Sólo 40 de cada 100 profesionistas en México tienen un empleo relacionado con su formación universitaria, de
acuerdo con la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP y la Encuesta
Nacional de Ocupación y Empleo del
tercer trimestre de 2012.
Además, investigaciones de Manpower
indican que de diez vacantes, cuatro no
son cubiertas porque a los aspirantes les
falta experiencia o habilidades específicas, entre otras características que les
permitirían sobresalir del resto.
El panorama laboral se complica si, además de la falta de personal calificado, se
suma que al año egresan 450 mil jóvenes de las universidades del país.
La misma Encuesta Nacional de Ocupación indica que 56 por ciento de los
profesionistas desempleados son menores de 30 años, cifra que ha sido la más
alta en los últimos cuatro años.
EL COMPROMISO DE
CAMPAÑA
DE
ARTURO
NÚÑEZ
Con respecto al tema que nos ocupa,
durante su campaña política, Arturo
Núñez Jiménez, planteó la creación de
un ente público que se dedique a la formulación de estudios y proyectos que
den viabilidad a la apertura de nuevas
empresas, donde se emplee a
jóvenes egresados de las universidades, “para que no nos
los gane la delincuencia”. En un
evento realizado con jóvenes en
Macuspana, el hoy gobernador
indicó que dicha instancia de
nueva creación se dedicaría a
contratar jóvenes que realicen
todos los estudios técnicos por
rama productiva, así como los
estudios de mercado y financieros que el establecimiento de
una nueva empresa requiere. Comprometió en aquella ocasión, que su gobierno fomentaría el espíritu emprendedor
de las nuevas generaciones a través del
financiamiento de sus proyectos y la
vinculación con incubadoras de negocios, así como con asesoría, capacitación y asistencia técnica.
Además en ese evento, prometió que
en su gobierno se incrementaría la calidad y cobertura educativas, impulsaría
la educación técnica, “para que quien
no desee instrucción formal, pueda
aprender un oficio o arte” e indicó que
se gestionarían líneas de crédito especiales, que contarían con el gobierno
del estado como aval, para los jóvenes
emprendedores que deseen establecer
negocios cuando egresen de las universidades y se sumen a la gran cruzada
para abrir fuente de empleo que tanto
le urgen a Tabasco, fueron los compromisos hechos en campaña, que ya como
gobierno requieren de respuestas, pues,
es muy lamentable que los profesionistas tabasqueños que se esforzaron por
obtener una formación académica que
requiririó de tiempo, dinero y esfuerzo,
hoy se encuentren en la banca, frustrados, en espera de una oportunidad que
no llega y que los ha obligado
a trabajar de lo que sea, como
empleados, recoge basura, chatarreros y, lamentablemente,
muchos jóvenes, al no encontrar opciones laborales, optan
por dedicarse al alcoholismo
o a la drogadicción, víctimas
de las políticas equivocadas
del gobierno y de las propias
universidades. El tema da para
más, pero el espacio se acorta.
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