No nos explicamos cómo es que Francisco Rullán Silva se quiera sostener en ese puesto cuando fue cómplice del gobernador Granier.
Prof. Jenner de la Fuente Sánchez
Andrés Granier Melo endeudó
al estado como ningún gobernante lo había hecho. También
dejó al estado en una crisis política
sin precedentes que trastocó la gobernabilidad creando elementos de
protesta y rebeldía que en algunos
puntos llegaron a la anarquía total. Se
supone que constitucionalmente hay
tres poderes de gobierno, ejecutivo,
legislativo y judicial y que el Legislativo es por definición el poder que
hace las leyes, facultad que implica la
posibilidad de regular, en nombre del
pueblo, los derechos y las obligaciones
de sus habitantes en consonancia con
las disposiciones constitucionales. Fue
Montesquieu que en su célebre libro “
El espíritu de las Leyes” quien propuso que era necesario que las funciones
del Estado se dividieran en estos tres
poderes para que mediante los arreglos
de las características del poder se auto-controle a fin de evitar la tiranía. En
la actualidad el poder legislativo desempeña dos funciones de distinta naturaleza y carácter que son: la función
legislativa propiamente dicha y la de
órgano de control que consiste en vigilar la acción del poder ejecutivo y la
conducta de los funcionarios del mismo y del poder judicial que estén sujetos a juicio político. Lamentablemente,
ninguno de los dos poderes (legislativo
y judicial) en la época del gobierno de
Granier tuvo ojos y oídos a lo que estaba pasando, aunque las voces de muchísimos ciudadanos se iban sucediendo a diario en los diferentes medios
de comunicación que no eran afines
con la manera de gobernar de Andrés
Granier o de los que no recibían dinero para quedarse callados. Recuerdo
todavía aquellas históricas cartas que
el Doctor Chuy Sibilla en su programa
Telerreportaje agobiado por la desgracia en que ese gobierno tenía a nuestro
estado tuvo el valor de leerlas para que
el pueblo de Tabasco se enterara. Hoy a
cincuenta y dos días de haber dejado el
gobierno, se escuchan por todos lados
que nuestro estado sufre una crisis tan
tremenda como si hubiera vivido una
guerra y apenas se están recogiendo los
escombros de esa triste epopeya de los
seis años de Gobierno de don Andrés
Granier.
Justicia, es solo lo que pide el pueblo
de Tabasco a Don Arturo Núñez ante
la descarada manera en que los funcionarios del gobierno pasado se robaron
todo lo que encontraron a su paso. Y
es que en algunos casos no guardaron
ni las formas sino que lo hicieron con
dolo y mala fe. Por ejemplo en el ayuntamiento de Centro quedaron muchas
oficinas sin mobiliario, y ni siquiera
una silla en que sentarse, tal parece que
la orden que llegó desde arriba fue la
de que no dejarán nada. El mismo Gobernador dijo que la entrega recepción que por ley tiene que hacerse de un
gobierno a otro no se hizo porque muchos titulares no cumplieron con esta
disposición y en otros casos prefirieron
desentenderse y salir huyendo. Con anticipación hicimos el comentario que
los expedientes de entrega recepción
los empezaron a elaborar después del
primero de julio cuando el partido en
el poder hubo perdido, obligados más
que nada por el temor de que salieran
a relucir las enormes deudas , desvíos
de recursos, sustracción de recursos
para fines políticos y personales. De
todas maneras nunca pudieron organizar estos expedientes porque se dieron cuenta que no podían documentar
tantísimo desfalco. La compra de facturas o la alteración de costos en obras
realizadas así como obras nunca hechas pero documentadas fueron incalculables y es allí donde las autoridades
podrán fincar las responsabilidades
a los responsables. Lo lamentable de
todo esto y lo sorprendente es que ni
la contraloría, ni el congreso, ni el titular del órgano superior de fiscalización
en el estado dijeron nada sobre lo que
estaba ocurriendo. No nos explicamos
cómo es que Francisco Rullán Silva se
quiera sostener en ese puesto cuando
fue cómplice del gobernador Granier.
Por la situación que vive Tabasco, Don
Arturo Núñez sentenció: “Nos queda
claro a todos que por su magnitud y
temporalidad, tales irregularidades no
pudieron haber sido cometidas sin el
conocimiento de quien estuvo al mando del poder ejecutivo en el anterior
período de gobierno, no habrá perdón
ni olvido; no habrá más impunidad
para nadie”
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