Participa en nuestra encuesta

Callan autoridades sobre la fuga de gas sulfhídrico en Dos Bocas


Ni Pemex ni Protección Civil estatal y municipal informan a la población sobre las consecuencias del siniestro

ERNESTO SANABRIA A.
A menos de 15 días de que ocurriera la fuga de gas sulfhídrico en el interior del complejo petrolero Dos Bocas, la empresa Petróleos Mexicanos, y más que nadie Protección Civil estatal y municipal, están obligados a informar a la población acerca de las consecuencias que dejaron en la población paraiseña las fuertes emisiones de ese fluido que literalmente impregnaron el medio ambiente de gran parte de este municipio.
La fuga que se registró el pasado 17 de febrero en la “trampa de diablo Sur”, en una línea de gasoducto de 24 pulgadas en el interior de la terminal marítima Dos Bocas, puso al descubierto la vulnerabilidad del sistema de protección civil municipal e hizo ver de nueva cuenta que Pemex sigue siendo un estado dentro de otro estado y un municipio dentro de otro municipio, donde las autoridades constitucionales no tienen ningún tipo de injerencia.
Paraíso, a como también una buena parte del estado de Tabasco, está asentado en un polvorín; las líneas de gasoducto y oleoducto introducidas en territorio paraiseño desde hace más de 30 años no reciben mantenimiento y es obvio que el desgaste que éstas sufren por la presión que ejercen los gases y por la acción del tiempo, constituyen un riesgo para la población que, dicho sea de paso, no ha sido debidamente preparada para enfrentar una contingencia.
Esto se puso en evidencia con la reciente fuga de gas sulfhídrico. Pemex trató de ocultar el hecho, pero al darse cuenta de la magnitud del accidente, se vieron obligados a darlo a conocer a las autoridades municipales y de protección civil; en consecuencia, ordenaron la evacuación de los 400 trabajadores del edificio Kaam-Ceiba y movilizaron a su personal, solicitaron el apoyo del Ejército y de la policía municipal para improvisar un plan de contingencia, darle aviso de la situación a los habitantes de las comunidades aledañas a Dos Bocas y evacuarlos. Por fortuna, pudieron controlar la fuga, pero ¿qué consecuencias dejó el gas emanado a la atmósfera en la salud de los paraiseños?
Fuentes especializadas en salud revelan que este gas, de acuerdo al grado y tiempo de exposición, ocasiona al ser humano, entre otras cosas: irritación cutánea, afectación ocular, parálisis del nervio olfatorio, queratoconjuntivitis, traqueobronquitis, injuria pulmonar, cefaleas, mareos, debilidad muscular, taquicardia, hipotensión, vómitos, apnea, coma y convulsiones; cianosis, depresión centro respiratoria, arritmias, isquemia miocárdica, colapso cardiovascular y finalmente la muerte.
Pemex está obligado a informarle a la población paraiseña y a sus autoridades, así como también a resarcir los daños que seguramente ocasionó y sigue ocasionando a la salud de miles de paraiseños y a su entorno ecológico..

No hay comentarios:

Publicar un comentario